Contribuyó a fortalecer esta opinión y a darle mayor amplitud, el inmenso caudal de agua dulce que introducía el Orinoco en el Golfo de Paria; pues recapacitando —Cristóbal Colón— cuanto había leído, llegó a figurarse que el sitio en que estuvo el Paraíso debió ser en la eminencia que según su sistema formaba el globo terráqueo debajo del ecuador; y que de allí descendían con tal ímpetu las aguas, que formaban tan caudaloso río, uno de los cuatro que del mismo lugar salían a dividir la tierra, conforme a la exposición del sagrado texto. Por otra parte, siendo lo más probable que el Paraíso estuvo en el oriente, Paria, en su concepto, era el principio de esta región: que por la bondad de temple, frondosidad y hermosura en la tierra, igualdad en días y noches, uniformidad de los tiempos y sitio encumbrado para gozar de una atmósfera más pura y menos cargada de vapores y exhalaciones, reunía las circunstancias con que varios santos y doctores describen aquel lugar delicioso, en que colocó Dios a nuestros primeros padres.
Martín Fernández Navarrete, en Disertación sobre la historia de la náutica
No. 02, Junio 1964
Tomo I – Año I
Pág. 91
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